lunes, 17 de septiembre de 2012

Las pequeñas cosas

Hoy una buena amiga me ha enviado algo que quiero compartir, es el placer de las pequeñas cosas, algo que me ha encantado y que se que me lo ha enviado con la intención de animarme. Por eso, gracias Adriana, lo has conseguido, has hecho que por un momento me olvide de todo y aprecie esos buenos momentos que nos ofrece la vida, que a veces pasamos por alto, y que no llegamos a disfrutar en la medida que deberiamos.
Para que no se nos olvide disfrutar de ellos!!!!!



Placeres de bolsillo
Hace algo más de 11 años se estrenó la película Amélie, su slogan decía “Ella va a cambiar tu vida” y de alguna forma cambió la mía porque salí del cine con una de esas sonrisas que se quedan guardadas en algún lugar y no se gastan nunca; basta mirar hacia dentro y ahí están, esperando para hacernos volver a sonreír.

Amélie Poulain tiene desarrolladísimo el gusto por los pequeños placeres: romper golpeando con una cucharilla la capita de azúcar quemado de la Créme Broulé, meter las manos en un saco lleno de legumbres, girarse en el cine a ver las caras de la gente mientras ven la película, tirar piedrecitas al canal St. Martin…; un día, tras una baldosa de su baño, encuentra una vieja caja llena de juguetes y cromos antiguos y se propone encontrar al hombre que de niño vivió allí para devolverle su tesoro de infancia, y decide además que si al devolverle la caja consigue que ese hombre se alegre, entonces dedicará su vida a proporcionar alegrías a los demás. Y eso hace durante toda la película; disfrutar y regalar felicidad a sus “víctimas” mediante gestos pequeños y originales.

Suelo recordar a menudo la escena final, no tanto por el momento del beso (a pesar de que es maravilloso) sino por el momento previo a este en el que Amélie está en la cocina preparando un pastel y se da cuenta de que le falta un ingrediente, entonces comienza a fantasear y es a Nino a quien imagina saliendo de su casa bajo la lluvia y acercándose a la tienda de la esquina donde Amelie compra siempre; en cuanto Nino le pide a Lucien, el vengado ayudante del tendero, canela en rama, Lucien le contesta muy sonriente: “Amélie está haciendo su rico pastel de ciruelas, ¿eh?”.

Esa es su ensoñación, Nino formando parte de la cotidianeidad de su vida; la magia de las pequeñas cosas que compartirían, el placer de saber a los amigos cómplices en tu alegría. No sueña con que viajan juntos a un resort de lujo en Hawai, no imagina que vivirán en una casa mejor, o que tendrán hijos guapos que algún día además serán notarios, abogados o dentistas, no piensa en ser la envidia de quienes les conozcan.

Esa escena me ayuda a no olvidar que no son los grandes gestos, declaraciones o palabras los que hacen que la vida merezca la pena, que la mayoría de las cosas que aumentan la felicidad son a menudo pequeñas y absolutamente gratis y que es necesario estar lo suficientemente alerta como para no cometer el error de considerar que su valor es tan pequeño como su apariencia.

Tal vez por cierta tendencia mía al hedonismo veo en Amélie una llamada de atención bellísima sobre todos esos placeres que habitan nuestros días y que solemos pasar por alto; esos que de prestarles la atención que merecen podrían cambiar la percepción que tenemos de nuestra propia vida. Veo una invitación a disfrutar del placer de las pequeñas cosas, una llamada a convertirnos en hedonistas de lo cotidiano.

Todos deberíamos elaborar una lista con esos placeres de los que no hablamos por poco importantes y en los que a veces ni siquiera reparamos, para tenerlos en mente, para buscarlos y para no olvidar detenernos a saborearlos cuando tengamos la suerte de experimentarlos.

Pequeños grandes placeres:
-         Meterse en una cama recién hecha con sábanas limpias.
-          Oír sin esperarlo una canción que te encanta.
-          La risa de un niño.
-          Pasar tiempo con amigos.
-          El primer trago de una cerveza en verano.
-          Abrir un libro nuevo y oler las páginas.
-          Roer una onza de chocolate negro.
-          El olor a café recién hecho.
-          Comer con los dedos.
-          Una ducha calentita.
-          Sentarse junto a la ventana a ver y oír caer la lluvia.
-          El olor del mar.
-          Correr entre aspersores.
-          Despertarte y darte cuenta de que aún puedes dormir un par de horas más.
-          Recibir una carta (de las de verdad, no del banco, ni publicidad)
-          Nadar desnudo (y la desnudez en general)
-          Tener a alguien acariciándote el pelo.
-          Pasear entre sábanas tendidas al sol.
-          Saltar olas.
-         Caminar por un aeropuerto y observar la tristeza, la alegría y tanto amor en los recibimientos y despedidas.
-        Una comida rica de “abuela”.
-        Columpiarte.
-        Hacerte una pelotilla en el sofá y comer pizza mientras ves una peli.
-        Cruzar miraditas con un desconocido.
-        Llegar a casa y quitarte los zapatos (y el sujetador)
-        Despertarte con la luz del sol.
-        Ver atardecer.
-        Soñar despierto.
-       Hacer una receta nueva y que te salga deliciosa.
-       Recibir un abrazo espontáneo de tus hijos.
-       Ver la cara de alguien mientras abre un regalo que le has hecho y que sabes que le va a encantar.
-       El olor que se queda en los dedos al pelar una mandarina.
-       Un tazón de chocolate espeso
-       Escuchar “¿Cómo estás?” de alguien que te quiere
-       Ir al médico y recibir solo buenas noticias
-       El olor de la ropa al sacarla de la lavadora
-       Encontrar en un cajón una vieja foto que te encanta
-       Mirar a la luna 
-       Sentir mariposas en la tripa ante algo nuevo y emocionante
-      Remolonear con tus niños todos juntos en la cama
-      Jugar a las cosquillas tirados por el suelo
-      El olor a tierra mojada
-      Sacar el pie de entre las colchas para ajustar perfectamente la temperatura
-      El olor a pan recién horneado
-     Tirarte a bomba en la piscina con tus hijos

Los comparto y añado estos!!!!

-Pasear por la playa en una noche de verano
-Pisar la hierba mojada con los pies descalzos
-El olor a flores recién cortadas
-Despertarte con el sonido de los pájaros


Texto extraido del blochttp:/el proyectoalegria.wordpress.com/2012/09/06/las-pequenas-cosas

7 comentarios:

  1. Hermoso! No he tenido la oportunidad de verla completa, pero lo haré, gracias por compartir "las pequeñas cosas".
    Un abrazo

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  2. ¡Cuánta verdad hay en ese texto! Un beso

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  3. Me ha encantado! Gracias por compartirlo! Un abrazo!

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  4. Qué razón tiene tú amiga tenemos que disfrutar de las pequeñas cosas, la peli de Amelie es una de mis favoritas, me encanta la he visto muchas veces,y las que me quedan, jeje
    Yo añado una más a la lista:
    - compartir con la familia bloguera nuestro día a día en este camino hacia nuestros hijos.

    un beso enorme

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  5. Es un texto precioso Cris, un texto que debemos leer para darnos cuenta de lo importante que son esas pequeñas cosas que tiene la vida.

    Besitos

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  6. Las pequeñas cosas son las que hacen grandes a las personas,las pequeñas cosas son las unicas que no se compran,las pequeñas cosas son las mejores de la vida,mi vida esta llena de pequeñas cosas y ahora si puedo decir que soy feliz.
    un beso
    irina

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  7. Bombón!!!!! Esas pequeñas cosas son las que más felices nos hacen.... disfrútalas porque te harán sentir muy bien!!!!
    Muacksssssssssss!!!!!!!!!!!!

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